jueves, 14 de noviembre de 2019

Respondiendo a la página Chris Du Pond sobre la lógica y la trinidad


Respondiendo a la página Chris Du Pond sobre la lógica y la trinidad
Por Samuel Jaque Barrios



Me ha llegado una publicación de parte de un trinitario de una página conocida en temas de apologética cristiana, Chris Du Pond, escrita por Matias E. Arancibia, en la cual, se intenta encuadrar el trinitarismo con los principios lógicos aristotélicos, para intentar demostrar que la trinidad no es ilógica, sin embargo, al analizar sus justificaciones, vemos que esas justificaciones no logran cumplir su cometido, a continuación, presento el porqué en ella se hace una ineficiente justificación de su premisa:

La publicación que rebatiré está en el siguiente enlace:


1. Sobre el principio de No Contradicción
En el punto uno, el autor sostiene que no hay contradicción en el dogma trinitario, por cuanto el Dios es uno en "ser", y tres en "personas", es decir, un Dios que es uno y tres pero en distintas categorías referenciales. Y no tres y uno en una sola categoría, como por ejemplo sería; tres seres en un ser, o tres personas en una persona. En principio, esto suena correcto, si asumimos que los términos no son interdependientes, sin embargo, el autor olvida (quizás voluntariamente) definir el término "ser" y "persona", sabiendo que estos conceptos tienen una amplia variación en sus significados según el contexto. Por lo que se nos hace delicado criticar los enunciados (A y B) al no saber en definitiva a qué exactamente se refiere el autor. Debido a eso, acudiremos nosotros a las definiciones estándares de estos términos para fines de esta refutación, así "ser" es definido como "ente particular o sujeto referencial que se individualiza existencialmente sea físico o no"[1], y "persona" se define como "ser con capacidad de raciocinio y consciencia, con propia identidad"[2]. Y en este caso, "personalidad" es el "conjunto de cualidades que constituyen a la persona o sujeto inteligente"[3] de modo que la personalidad hace a las cualidades, y la persona al sujeto con estas cualidades, así, en consecuencia, una persona es un ser con personalidad, por ende, cuando hablamos de una persona, necesariamente estamos hablando de un ser, y lógicamente, si hablamos de tres personas, estaríamos hablando de tres seres y no de uno. Lo cual, es incompatible con la idea trinitaria que se nos ha presentado en la publicación, pues en estos términos, la trinidad es una contradicción, porque tres personas vendrían a ser tres seres, sin embargo, el autor de la publicación alega que el Dios solo es un ser, causando una contradicción lógica. Por lo tanto, el argumento no pasa la regla de la no contradicción.


2. Sobre el principio de Identidad
En el punto dos, el autor demuestra la inoperancia de la transitividad de los términos que representarían algebraicamente a las personas, de modo de que, cada persona no son el mismo, sino iguales, descartando una identidad transitiva, tal y como lo hace con el ejemplo de las dos monedas que esencialmente son iguales (identidad isológica o en esencia[4], de la misma especie) más no la misma moneda (identidad autológica o en sustancia[5]). Así, por ello, podemos ejemplificarlo con tres individuos de la especie humana, mientras que hay igualdad en esencia entre las tres personas, o "una esencia" (singularidad específica, o identidad isológica) común, los individuos como tal aunque siendo la misma esencia, se distinguen entre sí por ser entes distintos. Por eso que el autor termina este punto con "la transitividad es inaplicable". Dicho lo anterior, el punto problemático aquí no es respecto a las personas, sino más bien a las implicaciones que conlleva afirmar que el ser del Dios es el patrón divino de las personas, haciendo que el "ser del Dios" sea la esencia o naturaleza misma de las personas, o sea, se reduce al Dios a ser solo características o cualidades del sujeto, en este caso, el Dios deja de ser un ente o ser, y se atribuye como cualidad de los sujetos, lo cual, es equivalente a referirse a tres monedas distintas o a tres personas humanas distintas, donde la especie viene a ser "Dios", lo cual, no es el reflejo del concepto de la trinidad, ya que la distinción de las personas poseyendo cada una la cualidad de ser Dios, causa la multiplicación de la especie, y por ende, tres dioses. Así, por ejemplo, tres monedas con mismas características, son del mismo material o esencia, pero no la misma sustancia, causando tres entes iguales (tres monedas de mismas características materiales y técnicas).

Por otro lado, apartado de lo anterior, la ecuación que presenta el autor al final de este punto 2 es errado, pues para dejar de expresar transitividad, el autor separa los términos a través de comas (",") lo cual, en términos prácticos, es igual a la unión de estos términos, es decir, a la adición o suma. Por lo que causa que cada componente sea fracción del total (del ser), lo cual, es irreconciliable con la trinidad y con la explicación antes dada, ya que cada persona divina, según el trinitarismo, es el Dios 100% en sí mismo y no una parte o fracción. Hasta ahora, no existe ecuación conocida que pueda representar el enunciado trinitario.


3. Sobre el principio del tercero excluido
En el punto tres se presentan ejemplos para abarcar la regla del tercero excluido, el problema de ese punto es que se excluyen alternativas solo en determinados aspectos y no en todos, además, no excluye a todas las alternativas. El propósito del tercero excluido es que al presentar dos posibles opciones en una proposición contingente, y estas opciones deben ser contradictorias disyuntivamente, o es una o es la otra, pero no las dos. Sin embargo, el autor presenta un enunciado en determinado aspecto que no abarca totalmente el enunciado trinitario y lo respalda con citas bíblicas y presenta excluida determinada alternativa incompatible con el enunciado y la cita, algo que realmente es errado, pues existen otras alternativas que satisfacen ese enunciado. Por ejemplo, en el punto A se afirma "solo hay un Dios que es inmutable, eterno e indivisible y simple" y se descarta al "triteismo", no obstante, tal enunciado puede fácilmente ser compartido por el unicitarismo y el arrianismo, el cual sostiene la misma premisa en cuestión, por lo que excluir al triteismo no causa lógicamente que la trinidad sea la alternativa correcta. O sea, el autor se equivoca en hacer el tercer excluido, ya que este principio solo aplica bajo enunciados necesariamente duales y contradictorios, por ejemplo "Es el Dios en tres personas o no es el Dios en tres personas", además, el autor pretende hacer una suma acumulativa de anunciados con aparente soporte bíblico que al juntarlos, como una suerte de cadena, intenta validar a la trinidad, lo cual, ese es otro problema, no solo porque el mismo unicitarismo y cualquier otra doctrina podría hacer y aparentar validez si hace una conveniente selección de textos bajo su interpretación, sino también porque ese método solo funciona con demostraciones fácticas, hechos que pueden demostrarse y resolver la disyuntiva.

Esta cuestión más que ser abarcado en términos fácticos, debe ser abarcado en términos hermenéuticos, ya que los textos respaldatorios pueden ser igualmente usados por una o más doctrinas distintas, lo cual, dependerá de la interpretación. Y como demostración, tómese el siguiente ejemplo: "Jesús es el Dios verdadero o no es el Dios verdadero." No es el Dios verdadero según Juan 17:3, ya que al decir que su Padre es el único Dios verdadero, se excluye a sí mismo de serlo al aplicar el término "único" (exclusividad). Como vemos, aquí claramente se descartaría a Jesús de ser el Dios y por lo tanto significaría la invalidez del trinitarismo bajo el principio del tercero excluido, sin embargo, este texto por lo general sufre distintas interpretaciones por diferentes doctrinas que afirman la deidad de Jesús, por ello escapan de la conclusión del ejemplo dado anteriormente. En otras palabras, el tercero excluido siempre será correcto según quien lo esté aplicando pero puede ser incorrecto por quien lo critique, pues el respaldo para sustentar el enunciado, es la biblia, y ésta, desafortunadamente está sometida a múltiples interpretaciones aun en un solo texto. Por lo que este punto queda a discusión doctrinaria.


En resumen, en el punto uno, se asume al Dios como un ser y tres personas, pero la justificación carece de una correcta demostración semántica, lo cual, es esencial para validar la lógica de los enunciados A y B, y al definirlos, se pone en evidencia la contradicción lógica ya que asumen al Dios como un ser, pero al hablar de tres personas, definitoriamente se apela a tres seres. En el segundo punto, aunque esté correcto en la no transitividad de las personas, hace su justificación incompatible al punto uno, aquí, indirectamente no se asume al Dios como un ser, sino como en función de esencia, lo cual, estos son conceptos distintos, y al asumirlo como esencia, causa que las tres personas sean equivalentes a tres Dioses y no a uno. En el punto tres, se hace irrelevante aplicar este punto, ya que la demostración variará según los textos bíblicos respaldatorios que se citen y su respectiva interpretación, y estos, son en sí mismas cuestionables y sujetos a diversas interpretaciones, por lo que el debate se traslada a temas hermenéuticos y no fácticos.




NOTAS
[1] Ser (como sustantivo): Ente particular o sujeto referencial que se individualiza existencialmente, independientemente de que sea físico o no. Puede leerse una definición más detallada en:

[2] Persona: Ser con capacidad de raciocinio y consciencia con identidad propia. Ver definición ampliada en:

[3] Personalidad: Conjunto de cualidades queconstituyen a la persona o sujeto inteligente. RAE. Acep. 8. Disponible en línea en:

[4] Esencia: Conjunto de características que hacen ser lo que es. Aristóteles lo llama sustancia segunda. Lo universal. Ampliación de concepto:

[5] Sustancia: Donde residen o inheren el conjunto de características que hacen ser lo que es. Aristóteles lo llama sustancia (substancia), o sustancia primera. Lo particular. Ampliación de concepto:




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