Por Samuel Jaque Barrios
Este tema que presentaré, es, quizás, la pieza complementaria teológica faltante al argumento cosmológico de Kalam, el complemento al discurso, ya que es necesario presentar una cosmogonía coherente y ajustada a la realidad que llene los vacíos de la teoría teísta respecto al origen y creación del universo, cómo surge la materia y cómo el Dios lleva a cabo todo el universo conocido, es decir, presentar una teoría que supla todos los aspectos de la ecuación causal de sucesos, porque no basta solo con afirmar que el Dios lo hizo, sino que es necesario explicar cómo pudo haber sucedido. Ciertamente, el Kalam nos entrega una respuesta filosófica al contexto cosmológico respecto a la existencia de una causa al inicio del universo, pero no responde a la cuestión "¿de dónde procede la materia?" esto es; el origen, fuente o procedencia de ella, de dónde la extrae el Dios, ¿tuvo alguna procedencia?, porque debemos entender que el Dios por ser causa eficiente no es suficiente para la ecuación del suceso, así como no es suficiente solo con la existencia del escultor en la creación de una escultura, es por ello que, se requiere una respuesta completa. Sin embargo, es aquí en este punto donde comienza la discusión teológica ¿el Dios se valió de algún recurso preexistente para crear el universo o, la materia es eterna y el Dios solo la reordenó o, el Dios creó todo desde la nada sin recurso preexistente? Actualmente existen algunas teorías filosóficas y teológicas que atienden a esta pregunta, y estas son; la teoría de la creación Ex Nihilo, la Ex Deo, y la Ex Materia.
Creación Ex Materia (a partir de la materia)
Desde las cosmogonías mitológicas más antiguas y conocidas, se sostenía que la materia era eterna, que no tuvo comienzo, como en la antigua Grecia, donde se creía que la materia era eterna, y que ha sido reordenada por un dios, como Platón sostuvo, inclúyase aquí al Demiurgo de la mitología griega, un ente supremo ordenador de la materia informe eterna y en estado de caos[1]. Que no fue creada, sino que siempre ha existido. Esta concepción del universo se conoce como Ex Materia (lat. lit. "de la materia"), se concibe que la materia es eterna, y que solo ha habido reordenamiento de ella, es de ahí el nombre "a partir de la materia" o "desde la materia", así, el universo se consideraba eterno, fijo e inmutable, otras corrientes lo consideraban de ciclos interminables como los babilonios y egipcios. Y así subsistió hasta el siglo XX, incluso, esta concepción fue fortalecida por la primera ley de la termodinámica (principio de conservación de la energía. Siglo XIX), así mismo lo consideraba inicialmente Albert Einstein (siglo XX), que posteriormente se vio obligado a desistir de esa idea debido a ciertos descubrimientos astronómicos. Y en los últimos años, varios astrónomos se han adherido a la teoría de un universo eterno, volviendo a esta antigua idea clásica, teorías como la del Rebote Cósmico o la del Big Crunch han tomado más fuerza, como es el caso de la teoría del Potencial Cuántico, que elimina la singularidad de la ecuación pero mantiene el Bing Bang, se concibe un universo infinito en el pasado, y el Big Bang solo fue un colapso, solo una fase del proceso eterno del universo [2]. Pero aun así la teoría del Big Bang con la Singularidad, sigue siendo la más sólida y mantenida por la mayoría de astrónomos en la actualidad por cuanto tiene gran respaldo evidencial.
Creación Ex Nihilo (A partir de la nada)
Ya con el surgimiento del cristianismo, se introduce la idea de la creación a partir de la nada, Ex Nihilo (lat. lit. "de la nada"), en los primeros siglos de la era cristiana, contrapuesta a esta antigua idea de la materia eterna (Ex Materia). No fue hace mucho (siglo XX) que, con el descubrimiento del astrónomo E. Hubble de las galaxias alejándose (Ley de Hubble), la idea de un universo sin inicio fue comenzando a ser más lejana en el ámbito astronómico, junto a otros descubrimientos más (CMB, Paradoja de Olbers, etc.). Sin embargo, las otras teorías astronómicas de un universo eterno han seguido vivas en las sombras. Esta concepción ex nihilo, es la postura más común y aclamada por la mayoría de cristianos en la actualidad desde los primeros siglos de la era cristiana, tanto en el ámbito católico como protestante (crean o no la teoría del Big Bang), fue oficializada siglos más tarde en el catolicismo. Promovida en sus inicios en el siglo II por los gnósticos Basílides, Valentino, Taciano, y Teófilo de Antioquía, entre otros. Esta teoría sostiene que el Dios creó a partir de la nada (o desde la nada), esto es, en el sentido más estricto de la doctrina teológica, que el Dios no se valió de material preexistente alguno para crear el universo, por lo tanto, un universo contingente a partir de nada, que con ausencia absoluta de recursos lo hizo aparecer, sin necesitar algo para traerlo a la existencia, entonces "nada", no solo debe considerar como un inicio con la inexistencia del universo (sentido temporal), sino también, debe considerarse como ausencia de toda materia física y de todo tipo de recurso, sustancia y propiedad alguna de la que se haya valido el Dios para el acto creador, como así también lo sostiene W. L. Craig y O. Copan en su libro "Creación de la nada" (2004. Cp. 1 y 2). Esta postura, tradicionalmente, tampoco afirma que el Dios fue quien proveyó un recurso preexistente, sino más bien que, bastó su voluntad divina para que apareciera y comenzara a existir el universo. Así también, aquello creado, el universo físico o la creación, es considerado como algo separado del Dios, distinto de él. Uno de los más grandes influyentes de esta idea en los primeros siglos de la era cristiana, fue el filósofo cristiano Agustín de Hipona (siglo IV y V), quien desarrolla la teoría ex Nihilo en gran parte en algunas de sus obras. Él consideraba que el ser del producto creado, procedente de la ausencia de ser (privación), vino a ser solo por la voluntad divina del Dios y basto eso para traerlo a la existencia, sin necesidad de materiales, no vino de él sino de la nada, por lo tanto, también sin relación a la naturaleza del Creador. Él afirmó:
“No las engendró de su misma naturaleza para que fuesen lo que es Él, sino que las creó de la nada a fin de que, como es razonable, no fuesen iguales ni al que las hizo ni a su Hijo, por quien fueron creadas” [3]
Esta concepción también la sostuvo Tomás de Aquino (s. XIII) en Suma Teológica (q. 45) respecto a la distinción entre el Dios y la creación, aunque Aquino adoptó ciertas ideas del panteísmo de Avicena, donde el universo creado y el ser mismo para ellos permanece en constante dependencia del acto creador y sostenedor de su existencia por parte del Dios, tal dependencia o sostenibilidad divina permanente yo llamo Sostenimiento Activo, así también sostuvo Descartes y Leibniz, el cual es una visión heredada del emanantismo neoplatónico (de esto se hablará en la siguiente teoría). Sin embargo, a pesar de todos los intentos hermenéuticos de los distintos filósofos y teólogos, no encontramos en el relato creacionista de la biblia, algún indicio de esta idea, más bien, no se detalla ni se entrega dato alguno de lo sucedido previo al acto de creación, ni algún mecanismo lógico para respaldarla. Queda entonces a la especulación que podamos hacer filosóficamente.
Ciertamente, esta idea de una creación desde la nada no tiene un fundamento racional donde nos podamos sustentar, porque ya al comenzar a analizarla presenta algunas falencias, en principio, no podemos apelar a la "nada" como una ausencia absoluta de todo ser, ya que la nada absoluta de todo ser no existe y no puede existir por cuando es inexistencia absoluta de todo, porque siempre habrá algo, sea el Dios como mínimo, y es necesario que existe algo donde haya sido puesto o ubicado el universo que fue creado, mínimamente un espacio, aun si no fuese físico, donde se le dio inicio a la Singularidad cosmológica y así a todo lo por venir de ésta, por ello, no se puede apelar a la nada absoluta, por otro lado, sumado a esta imposibilidad, si apelamos a la nada, pero no como una nada absoluta, sino como una ausencia de recursos útiles, o sea, una creación que no requirió recurso preexistente alguno para traer a la existente todo el universo, se convierte ya en una postura ilógica, porque rompe un principio básico de la realidad; así como todo efecto requiere una causa eficiente, hasta llegar a la primera causa, así también todo lo existente requiere una causa material preexistente para su existencia de donde haya procedido, así mismo, como algo que comienza a existir no puede existir sin causa eficiente, tampoco puede existir si no procede de una causa material, y así con todas las causas, hasta llegar a la causa material preexistente eterna, el Dios, de lo contrario, sería imposible afirmar que puede comenzar, porque no hay de donde traerlo a la existencia, y apelar a Dios de los huecos y afirmar que él lo hizo porque puede, sería una justificación muy caprichosa que altera la teoría de la causación y principios matemáticos básicos, en este aspecto, muchos nihilistas no dudan en apelar a la lógica cuando se trata de debatir con ateos, pero cuando se trata de describir al Dios se les olvida, pues como sabemos, la omnipotencia del Dios es vigente solo con aquello lógicamente posible, es por ello que no podría hacer un triángulo cuadrado, así como tampoco convertir nada (ausencia de recursos) en algo. Lo cual, lógicamente es inválido, porque de la nada no se puede producir algo, por la falta del recurso necesario para ello. Algunos defensores de esta postura, argumentan que solo bastó la idea del universo en la mente del Dios para que él lo trajera a la existencia, como la idea de la pintura en la mente de un pintor antes de pintarla[4], sin embargo, eso solo corresponde a la causa formal de la causación, y aun falta la causa material, como de hecho un pintor la requeriría, por lo tanto, sigue siendo incompleta. Por otra parte, la relación lógica matemática de esta teoría es básicamente incongruente, porque el proceso de creación se torna injustificado: El Dios (∞) crea el universo de la "nada" (N), es decir, sin recursos preexistentes (0 [cero]) para producir el universo (U). Siendo la "nada" la ausencia de recursos preexistentes (N = 0), que resulta en el universo (N = U), por lo tanto, el universo no puede existir (N = 0 = U). Y por ultimo, ciertamente, el universo físico tuvo un comienzo, y los nihilistas no se retrasan en fundamentar científicamente esta premisa, desafortunadamente, este respaldo no prueba ni justifica la idea de una creación de la nada, sino solo un inicio al universo conocido. Este inicio también es sostenido por la postura ex deo.
Ciertamente, esta idea de una creación desde la nada no tiene un fundamento racional donde nos podamos sustentar, porque ya al comenzar a analizarla presenta algunas falencias, en principio, no podemos apelar a la "nada" como una ausencia absoluta de todo ser, ya que la nada absoluta de todo ser no existe y no puede existir por cuando es inexistencia absoluta de todo, porque siempre habrá algo, sea el Dios como mínimo, y es necesario que existe algo donde haya sido puesto o ubicado el universo que fue creado, mínimamente un espacio, aun si no fuese físico, donde se le dio inicio a la Singularidad cosmológica y así a todo lo por venir de ésta, por ello, no se puede apelar a la nada absoluta, por otro lado, sumado a esta imposibilidad, si apelamos a la nada, pero no como una nada absoluta, sino como una ausencia de recursos útiles, o sea, una creación que no requirió recurso preexistente alguno para traer a la existente todo el universo, se convierte ya en una postura ilógica, porque rompe un principio básico de la realidad; así como todo efecto requiere una causa eficiente, hasta llegar a la primera causa, así también todo lo existente requiere una causa material preexistente para su existencia de donde haya procedido, así mismo, como algo que comienza a existir no puede existir sin causa eficiente, tampoco puede existir si no procede de una causa material, y así con todas las causas, hasta llegar a la causa material preexistente eterna, el Dios, de lo contrario, sería imposible afirmar que puede comenzar, porque no hay de donde traerlo a la existencia, y apelar a Dios de los huecos y afirmar que él lo hizo porque puede, sería una justificación muy caprichosa que altera la teoría de la causación y principios matemáticos básicos, en este aspecto, muchos nihilistas no dudan en apelar a la lógica cuando se trata de debatir con ateos, pero cuando se trata de describir al Dios se les olvida, pues como sabemos, la omnipotencia del Dios es vigente solo con aquello lógicamente posible, es por ello que no podría hacer un triángulo cuadrado, así como tampoco convertir nada (ausencia de recursos) en algo. Lo cual, lógicamente es inválido, porque de la nada no se puede producir algo, por la falta del recurso necesario para ello. Algunos defensores de esta postura, argumentan que solo bastó la idea del universo en la mente del Dios para que él lo trajera a la existencia, como la idea de la pintura en la mente de un pintor antes de pintarla[4], sin embargo, eso solo corresponde a la causa formal de la causación, y aun falta la causa material, como de hecho un pintor la requeriría, por lo tanto, sigue siendo incompleta. Por otra parte, la relación lógica matemática de esta teoría es básicamente incongruente, porque el proceso de creación se torna injustificado: El Dios (∞) crea el universo de la "nada" (N), es decir, sin recursos preexistentes (0 [cero]) para producir el universo (U). Siendo la "nada" la ausencia de recursos preexistentes (N = 0), que resulta en el universo (N = U), por lo tanto, el universo no puede existir (N = 0 = U). Y por ultimo, ciertamente, el universo físico tuvo un comienzo, y los nihilistas no se retrasan en fundamentar científicamente esta premisa, desafortunadamente, este respaldo no prueba ni justifica la idea de una creación de la nada, sino solo un inicio al universo conocido. Este inicio también es sostenido por la postura ex deo.
Creación Ex Deo (A partir del Dios)
Pasando a la tercera teoría, la idea de la creación Ex Deo (lat. lit. "del Dios"), que algunos teólogos la vinculan a la teoría Ex Nihilo, sostiene una creación, como su nombre lo dice, a partir del Dios, la diferencia con la concepción nihilista será la consideración de inclusión de un recurso preexistente, por lo que en este caso, la idea ex deo respecto a la "nada", solo la concibe como un comienzo o inicio, es decir, del paso de la inexistencia a la existencia, por ende, "nada" debe entenderse en sentido temporal, así como un edificio antes de ser construido no existe, pero sí requiere necesariamente material preexistente para llegar a existir, el cual, procede del Dios. La postura Ex Deo se divide en dos corrientes de ideas.
La primera, es la postura Ex Deo tradicional, aquella que afirma una creación de la naturaleza del Dios, como el panteísmo, en esta, el universo o creación ocurre dentro del Dios y en el Dios, por tanto, la creación es de la naturaleza del Dios y es él mismo, comúnmente llamada Emanantismo. Uno de los más conocidos influyentes fue (Pseudo) Dionisio Areopagita (siglo V y VI) por sus tratados cristianos. En su idea de la Emanación divina de la creación, él ve a la materia preexistente como una emanación continua del Dios de su suma Bondad de su ser que se expande y causa el ser del universo, y pone como ejemplo la luz o rayos del sol proyectada[5]. Sosteniendo así el ser mismo de la creación con su Ser, debido a la inmanencia, es decir, a la unión esencial e inseparable (inherencia) con la creación, similar a la sostenibilidad que heredó Hipona (Sostenimiento Activo). Areopagita, quien posteriormente sería la principal influencia (junto a otros autores) para las ideas del filósofo y teólogo renacentista J. E. Eriúgena (siglo IX) considerado Nihilista, quien sostuvo que esa "nada" es la bondad divina que transciende todas las cosas e inaccesible al intelecto, y por tanto, todo es desde el Dios y dentro del Dios, porque no hay afuera del Dios (A Deo de Deo)[6]. Por ende, esta corriente de la teoría Ex Deo, tiende a ser más cercana al panteísmo, aunque algunos de sus promotores sean cristianos, consideran al universo como parte del Dios. Algunos autores destacados de esta corriente fueron Plotio (s. III), Proclo (s. V), Avicena (s. X-XI), entre otros.
La segunda corriente de la teoría Ex Deo, no es tradicional, que es la que nosotros consideramos la más adecuada, es la postura que presentaré a continuación. Este segunda postura de creación es nuestra perspectiva y postura personal, sostiene que del Dios proviene o procede el recurso energético preexistente necesario para crear el universo, aristotélicamente hablando, siendo el Dios la causa eficiente, origen operacional, autor del suceso o efecto, siendo él mismo el proveedor de la causa material para crear el universo, es decir, de él procede la energía necesaria, que es el recurso preexistente, que es transformada a materia física para llevar a cabo la creación del universo en la obra creadora. De la misma forma, cuando un escultor (causa eficiente) capaz de trabajar el material, crea una escultura (causa fin) requiere necesariamente del recurso preexistente para hacerla, el barro, el metal, la madera, etc. (causa material), de lo contrario, no podría hacerla. Así también, el Dios requiere del recurso preexistente para el universo. En este caso, según la potencia de cada uno (que es la capacidad de hacer), la potencia del escultor le permite hacer la escultura; manipular el material y formarla; la potencia del Dios le permite hacer el universo, y para eso, manipular el material preexistente para ello.
Siendo el Dios el motor primigenio generador y fuente inagotable de energía y de vida, él al ser infinito y eterno, no compuesto por partes, es por consecuencia, inalterable ontológicamente, sin necesidad de ninguna fuente externa que lo sustente, más bien incausado y autosustentable, y su provisión o emanación energética no puede modificar su ser, por cuanto es infinito. Al emanar energía de sí, ésta es independizada y transformada a materia física (respetando la 1ra ley termodinámica), por eso, pasa a separarse de él y ser distinta de él (ausencia de inmanencia), posteriormente ordenada bajo el diseño universal, así, como un arquitecto y diseñador inteligente, coordina y ajusta todo de manera precisa creando un mundo físico con patrones y leyes, que a diferencia del dios de Platón, el demiurgo (que presenta en su obra Timeo) que es un genio ordenador de la materia informe y caótica, del Dios eterno todo procede, porque él es fuente primera de todo. El Logos (bíblico), es tal vez lo más parecido al Demiurgo, quien es el ejecutor, el medio ordenador o creador del Dios eterno, para crear este universo físico luego de haber provisto todo lo necesario, aunque con implicaciones distintas, un universo perfectamente ajustado y preciso eficientemente. Y así como él puede manifestar su energía y poder, y afectar el universo físico, así también puede realizar cualquier efecto de conversión energético entre la energía espiritual y lo físicamente material, por eso, es completamente aceptable esta conversión de energía espiritual a energía física. Siendo lo espiritual una dimensión de la realidad desconocida preexistente y trascendental. Se proyecta la energía, es transformada y se dispone en la Singularidad cósmica hasta su valor suficiente, para luego comenzar el universo. El universo, entonces, distinto de él y armado inteligentemente para su autoequilibro físico (leyes y principios físicos universales, condiciones universales en general), puede funcionar con independencia pero gracias al Dios, a lo que yo llamo, Sostenimiento Pasivo. En este caso de sostenimiento, la existencia misma de la realidad del universo físico es estable por sí mismo en cuanto tiene toda la energía necesaria y el mecanismo provisto para su funcionamiento y mantenimiento, sin perjuicio de las consecuencias entrópicas, y el Dios, puede manipular, controlar o acabar con él si así se lo propone, este diseño funcional es comparable con el ejemplo de un reloj.
El razonamiento y principio filosófico para sostener esta postura, es el siguiente, lo sostengo en base a la observación de la realidad o la naturaleza, que es la manera de entender al Dios (Romanos 1:20): La naturaleza es reflejo o evidencia de todo y el medio para comprender a la deidad y su eterno poder; todo en cuando existe en el universo y tiene causa, requiere de un recurso previo para su existencia, por ende, también el universo finito en su totalidad al tener causa, siendo la fuente primera y eterna el mismo Ser todopoderoso incausado y autosuficiente, generador y proveedor de energía ilimitadamente por cuando él es infinito, por lo tanto, inmutable o inalterable, de quien provienen todas las cosas (1 Corintios 8:6), él es causa y fuente de todo cuanto existe. La relación lógica matemática sería la siguiente de la creación y la inmutabilidad del Dios: Del Dios (∞) proviene la energía necesaria (E) para el universo (U). El Dios no deja de ser lo que es ni disminuye ni altera su ser por proporcionar energía de sí mismo (∞ - E = ∞). La energía preexistente provista es del mismo valor enérgico que el universo, por lo tanto hay equivalencia, pero aparente o estéticamente distintos (E = U), demostrando que matemáticamente es aceptable. Entonces, el recurso energético (E) es modificado o transformado a estado del universo (U), que es la obra de la creación. Teológicamente, es la única postura que tiene respaldo en textos bíblicos, pues todo procede del Dios (1 corintios 8: 6; 11: 12 romanos 11: 36) y el universo fue hecho de un recurso preexistente no físico (hebreos 11:3).
En conclusión, como hemos dicho, la postura Ex Nihilo sostiene una creación que no requirió recursos preexistentes (causa material) para la obra creadora, por eso, fue hecho con nada, pues solo bastó la voluntad divina, quien también mantiene a la existencia activamente dependiente de él (Sostenimiento Activo) y como un ente diferente a él. Mientras que la postura Ex Materia considera a la materia física eterna, por ende, una existencia del universo material eterno, sin inicio ni final, pero con posibles ciclos de reordenamiento según algunas corrientes. Por su parte, la postura Ex Deo tradicional, en su corriente neoplatónica, afirma que la creación es una constante extensión del Dios y en el Dios, por tanto, de su naturaleza, y así, de su constante dependencia para su existencia (Sostenimiento Activo). Por último, la segunda corriente de la teoría Ex Deo no tradicional, que es la que he propuesto, afirma que el universo fue creado con un recurso energético procedente del Dios, independizado de él y transformado a materia física, por tanto, distinto de él, diseñado y puesto en funcionamiento con completa posibilidad de control (Sostenimiento Pasivo).
Notas y referencias
[1]. Como se puede apreciar en la obra Timeo de Platón.
[2] Ahmed Farag Ali y Saurya Das: "Cosmology from Quantum Potential" (Cosmología del potencial cuántico). Physics Letters B. Volumen 741 (2015). pp. 276 - 279. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.physletb.2014.12.057
[3] DE HIPONA, Agustín (1957b): "Del Genesis contra los Maniqueos" (De Genesi contra Manichaos), en Obras de San Agustín, Vol. XV. Madrid: BAC. II. p. 4.
[4] ZACHARIAS, Ravi y GEISLER, Norman (Ed. Grales). "¿Quién creó a Dios?". Editorial Vida, Miami, Florida. 2007. pp. 28 - 30.
[5] AREOPAGITA, Dionisio (2005): "Los nombres divino" estudio preliminar, traducción y notas de Pablo Cavallero, Buenos Aires, Losada. IV, 1, 693b.
[6] PIEMONTE, Gustavo A. (1968): “Notas sobre la creatio de nihilo en Juan Escoto Eriúgena”. Sapientia, 23, p. 67.
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