La tierra; El destino eterno
De los hijos del Dios
Por Samuel Jaque Barrios
Sin duda la
promesa más importante que Jesús y el Dios nos han hecho, es la vida eterna,
una vida eterna y única que existe, que solo es la que da el Dios, pero no
todos saben exactamente donde habitaremos en la eternidad. Actualmente se tiene
una idea errada del destino de los hijos del Dios, muchos creen que será en el
cielo, pero realmente las escrituras no nos entregan esta enseñanza, sino al
contrario, nos anticipan que ese glorioso lugar donde el Dios y sus hijos se
recrearán por los siglos de los siglos es la Tierra.
La tierra fue creada para habitarla y
siempre cumplirá ese rol, por eso la puso en el centro del universo, donde será
la manifestación gloriosa del Dios y su Hijo, esta tierra un día será renovada.
Por razones evidentes, el Dios busca hombres y mujeres que le adoren en
espíritu y en verdad, que le amen y que voluntariamente decidan entregar su
vida a él y recibir el gran regalo de la vida eterna, él quiere que su creación
amada vuelva al primer estado en el cual se encontraba, a ese estado donde Él y
su creación tenían una relación directa y completa, la cual fue en la tierra. A
eso se le llamo el estado original de relación. Es aquí en la tierra donde
comenzó todo y aquí seguirá siendo, pero no en el cielo como la mayoría piensa,
y es justamente eso lo que veremos en este estudio.
A lo largo de las escrituras, encontraremos como el
Dios nos promete que la tierra será nuestra, heredad para los justos, para
aquellos que andan en sus sendas y voluntad. Leamos algunos pasajes que nos
muestran esta gran verdad. La versión bíblica utilizada será la RV60.
"Porque los rectos habitarán la tierra, Y los perfectos permanecerán en ella, Mas los impíos
serán cortados de la tierra, Y los prevaricadores serán de
ella desarraigados"
(Proverbios 2:21-22 )
Nótese que Salomón, según el contexto,
hace alusión a la vida eterna, donde los impíos y prevaricadores ya no estén o
no existan y no habiten en la tierra, ya que serán cortados y desarraigados de
ella. Salomón sabía muy bien que es aquí en la tierra donde los hijos del Dios
y el Dios mismo habitarán para siempre. Otro pasaje más que nos entrega
información similar por medio de David en el Salmos 37:
"No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. Porque
como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde
se secarán" "Confía en Jehová, y haz el bien; Y
habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad"- "Porque
los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en
Jehová, ellos heredarán la tierra. Pues de aquí a poco no
existirá el malo; Observarás su lugar, y no estará allí. Pero los
mansos heredarán la tierra, y se recrearán con abundancia de paz"
- "El Señor se reirá de él; Porque ve que viene su día" -
"Conoce Jehová los días de los
perfectos, Y la heredad de ellos será para
siempre" - "Porque los
benditos de él heredarán la tierra; Y los
malditos de él serán destruidos" - "Los justos
heredarán la tierra, Y vivirán para siempre sobre
ella" - "Espera en Jehová, y guarda su camino, y él te exaltará para heredar la tierra; Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás."
(Salmos 37: 1, 3, 9-11, 13, 18, 22, 29, 34 )
Dios destruirá a los pecadores en el día
postrero, más lo mansos, los justos y rectos, habitarán y permanecerán en la
Tierra que el Dios ha creado, y siempre existirá. La Tierra fue creada para que
sea útil siempre, Dios la renovará, todo será restaurado en el fin de esta era.
Así también se señala en Apocalipsis y las cartas de Pedro. Esta tierra fue
creada para que sea el lugar donde el hombre y Dios habiten por la
eternidad. Así mismo, ésta nunca será removida de donde el Dios la creó, pues
la dejó firme e inmóvil (Salmos 78:69; 104:5). Las
escrituras nos muestran innumerables veces que el justo permanecerá en la
Tierra, que la recibirá por heredad, y ningún impío habitará más en ella (Proverbios 10:30).
El justo siempre permanecerá en la tierra, habrá cielo nuevo y tierra nueva, es
decir, todo será renovado aquí en la tierra, después de que todo sea desecho y
asolado al final de esta era, todo lo quemado, luego será hecho nuevo. Así como
nuestro cuerpo cuando sea hecho inmortal, será transformado y hecho nuevo, pero
ahora con cualidades distintas e imperecederas. Él ha prometido no aniquilar
todo por completo, una hermosa profecía de Isaias nos declara lo siguiente:
"Así ha dicho Jehová: Como si alguno
hallase mosto en un racimo, y dijese: No lo
desperdicies, porque bendición hay en él; así haré yo por mis
siervos, que no lo destruiré todo. Sacaré descendencia de Jacob, y de Judá heredero de mis montes; y mis escogidos poseerán por heredad la tierra, y mis
siervos habitarán allí" - "El que se bendijere en
la tierra, en el Dios de verdad se bendecirá; y el que jurare en la
tierra, por el Dios de verdad jurará; porque las angustias primeras serán olvidadas, y serán cubiertas de mis
ojos. Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva
tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al
pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre
en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo
traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me
alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se
oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor"
(Isaias 65:8, 9, 16-19 )
Y luego Isaias 66:22
"Porque como los cielos nuevos y
la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová,
así permanecerá vuestra descendencia y vuestro
nombre"
El Dios limpiará todo; lo que está en la
tierra y sobre la tierra, será cielo nuevo y tierra nueva, aunque el planeta,
no será destruido por completo finalmente. Así como dice el texto
anteriormente leído, “no lo destruiré todo”, ya que
la tierra es herencia de los siervos del Dios, donde habitaremos, donde será
todo hecho nuevo. La tierra será como un paraíso,
el paraíso edénico volverá a la tierra, a
su estado original, todo nuevo, una tierra de justicia, donde no
habrá más llanto ni dolor, porque las primeras cosas pasaron.
Otras profecías que nos muestran que el
Señor habitará en la tierra, en el monte santo, Zacarías 2: 4-12;
4:1-8; 8: 2-10; Joel 3:16-21; Isaías 12: 1-6; 24:17-23, entre otras.
Algunas objeciones que por lo general se
presentan a nuestra premisa, son las siguientes frases: “Haced tesoro en el cielo”; “tendremos gran galardón en el
cielo”
Hemos visto que en todo el
antiguo testamento, el Dios nos promete la tierra por heredad. Nos
muestra muy claramente y sin duda que es aquí donde permaneceremos por la
eternidad. Pero ¿qué sucede en el nuevo testamento? hay pasajes que nos mencionan
el cielo, y que muchos interpretan que Jesús prometió el cielo como morada
eterna, pero veremos que en realidad, Jesús no contradice las escrituras antes
citadas. Sacaremos a la luz estos enigmas. Los textos que son presentados para
sustentar esta objeción son los siguientes:
"Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a
los profetas que fueron antes de vosotros"
(Mateo 5:12)
"No os hagáis tesoros en la
tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan
y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan"
(Mateo
6:19-20 )
"Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos; porque
así hacían sus padres con los profetas" (Lucas 6:23)
Podemos notar que en estos pasajes, Jesús
nos habla de un Galardón y tesoros en el cielo, pero aquí no nos dice que iremos
al cielo. El galardón que nosotros tenemos en los cielos, es la vida eterna, es
este el galardón que Jesús nos habla. Y esta vida eterna se encuentra en los
cielos reservada, esto sin duda, bajo ninguna regla nos está diciendo que
iremos al cielo, ya que al decir que nuestro galardón o vida eterna está en los
cielos, nos da a entender que es el Dios quien tiene esta vida eterna para
nosotros y que está reservada, galardón que Jesús traerá en su venida. Cuando
habla de atesorar o hacer tesoros en el cielo, se refiere a acumular o buscar
el favor del Dios, son éstos los tesoros que debemos atesorar y esmerarnos en
tener, aquel que no se corrompe. Como he dicho antes esto no nos está enseñando
que iremos al cielo y viviremos por la eternidad ahí
"Y se airaron las naciones, y tu
ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de
dar el galardón a tus siervos los
profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los
pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen
la tierra"
(Apocalipsis 11:18)
Este galardón grande que Cristo habla en
Mateo, es la maravillosa recompensa que nos está reservada en los cielos para
que el día que Jesús venga en su reino a juzgar a los moradores de la tierra,
nos la dé.
Otra de las frases que se nos presentan
para objetar nuestra premisa en la que dice: “Preparar moradas”, "Jesús fue a preparar morada al cielo", nos
citan muchos. Un muy utilizado para defender la idea de que tendremos una
morada eterna en el cielo, el cual corresponde a un texto de Juan.
"En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho;
voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os
tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros
también estéis"
(Juan 14:2-3 )
Ignorando cualquier interpretación
figurada, este pasaje nos dice que habitaremos donde Jesús está. Pero muchos al
interpretar este pasaje, ignoran que tanto Cristo como la morada del cielo
descenderán y estará instalada en la tierra después de los mil años. Pero antes
de eso, Cristo reinará por mil años en la tierra, junto a los santos
resucitados en la primera resurrección, antes de recibir la llegada de la
morada del Dios (Apocalipsis 20: 1-9). Jesús sabía que al final de esta era, la
casa de su Padre, la ciudad santa estará en la tierra, es por eso que, estando
en armonía completa con el antiguo testamento, él nos dice:
"Bienaventurados los mansos, porque ellos Recibirán la tierra por heredad"
(Mateo 5:5)
Según la enseñanza apocalíptica de los mil
años (Apocalipsis 20: 1-10). Los santos de la primera resurrección reinarán con
Cristo por mil años aquí en la tierra, sobre todos los demás habitantes que se
les permitió vivir para este periodo.
"y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos;
porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido
para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes,
y reinaremos sobre la tierra"
(Apocalipsis 5:9-10 )
La tierra no es cualquier cosa, es el
centro del universo y donde habitará el Dios, Jesús y los santos por la
eternidad, el Dios hizo la tierra con un propósito eterno, esto no la hace poco
importante. Cuando Cristo venga con poder y gloria, destruirá a los que
destruyen la tierra (Apocalipsis 11: 18)
Durante el milenio habitaremos en la
tierra con Cristo, y reinaremos por mil años (Apocalipsis 20: 1-10), y
una vez sucedido eso, habrán cielo nuevo y tierra nueva, todo lo que estaba
sobre la tierra será cambiado, pero la tierra no será destruida completamente.
Y posteriormente la ciudad santa, la promesa del Padre, la patria celestial, la
nueva Jerusalén, descenderá del cielo y será instalada en la tierra, donde por
la eternidad habitaremos con el Dios y Jesús.
"Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el
mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva
Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una
esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo
que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y
él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios"
(Apocalipsis 21:1-3 )
Los patriarcas de la
fe sabían muy bien que recibirían una morada por venir,
una patria celestial, ellos con fe esperaban confiadamente aquella
promesa. Ellos esperaban la llegada de aquella patria celestial que un día será
instalada en la tierra.
"Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para
salir al lugar que había de recibir como
herencia; y salió sin saber a dónde iba" "porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo
arquitecto y constructor es Dios" - "Porque
los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una
patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de
donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial;
por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de
ellos; porque les ha preparado una ciudad"
(Hebreos 11: 8, 10, 14-16 )
"Porque no tenemos aquí ciudad
permanente, sino que buscamos la por venir"
(Hebreos 13:14)
La patria celestial, la nueva Jerusalén,
la patria santa, la ciudad santa, es ésta la que vendrá, la que ellos confiaban
que un día vendría, el reino del Dios en la tierra, el trono de David
restaurado entre los hombres. Pedro nos describe un poco más como será este
gran final maravilloso donde la tierra sufrirá el cambio y será hecha nueva y
vuelta a un estado imperecedero para recibir la morada
del Padre, la ciudad celestial.
"pero los cielos y la tierra
que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el
fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres
impíos. Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un
día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no
retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que
es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno
perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día
del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos
pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos,
y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que
todas estas cosas han de ser deshechas ¡cómo no debéis
vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando
y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los
cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo
quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus
promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la
justicia"
(2 Pedro 3: 7-13 )
Desde el principio el Todopoderoso ha
mostrado a los hombres su plan maravilloso, donde morarán en plena armonía. El
Altísimo juzgará a las naciones por medio de su Hijo Jesús, nuestro Señor
reinará por mil años con los santos de la primera resurrección, al culminarse
de este periodo milenial, la nueva Jerusalén, la cuidad santa o actualmente
paraíso, descenderá del cielo y será instalada en la tierra (Apocalipsis
21:1-3) donde el reino del Dios será establecido, el cual durará para
siempre, y habitaremos con él.
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